- 30 mayo, 2016
- Posted by: dsanchez
- Categoría: Blog
“¿Quién ha sacado este puzzle? ¿Y este libro? ¿Y este…?” “Ha sido Gonzalo, nooooo, ha sido María…” “Pues a recoger el comedor para que podamos cenar…”
Seguro que os suena este tipo de discusiones, de cuando éramos pequeños y de ahora. A todos los que tenemos niños, este tipo de conversaciones nos son “demasiado” familiares y por mucho que intentemos convencer a los niños que lo mejor es recoger para que todo esté más decente y ordenado, no sirve…la culpa es de los demás pero nunca de uno mismo, así es que mejor que recojan ellos.
Algo parecido pasa con los adultos…bueno, con las personas en general y por lo tanto, en las organizaciones no podríamos ser menos. Pero sobre todo, cuando estamos hablando de mandos y responsables, la pelota se mueve por los tejados y en ocasiones es difícil saber dónde va a caer y quién la va a recoger.
Estamos trabajando con los mandos de una organización, con todas las personas que dirigen personas en la implantación del Rol del Líder. Durante las jornadas que dura la implantación surgen muchas situaciones para compartir los comportamientos a implantar y que lo tomen como suyo.
Frases como: “Cuando nos asignan tareas para las que no hemos sido contratados, puede que no se puedan resolver…” o “si no se reúnen con nosotros, es difícil que conozcan nuestras necesidades…” o “no nos dejan espacios para la toma de nuestras propias decisiones…”.
Pero, “¿y qué pasa con vuestras responsabilidades para con vuestros equipos?” Todas las quejas e inquietudes se refieren a sus responsables, pero nadie habla de qué pueden hacer para solucionar esos “problemas” con sus colaboradores, para solucionar esas inquietudes hacia abajo, esas que podrían tener las personas de sus equipos hacia ellos.
Cuando analizamos con cada responsable las situaciones que les gustaría cambiar, todos las identifican con sus jefes y cuando les preguntas si esas situaciones también las pueden tener sus equipos con ellos, todos responden que “no creo”…vamos como cuando mandas recoger la habitación, que nadie lo ha desordenado, nadie es culpable…
Cinco reflexiones importantes:
- Analicemos las situaciones críticas en la gestión de personas en nuestra organización.
- Trabajemos detalladamente con los responsables como abordar estas situaciones.
- Pensemos en cada uno de nosotros como responsable de nuestros equipos.
- Identifiquemos cuáles de estas situaciones afectan a nuestros colaboradores.
- Resolvamos estas situaciones para conseguir un correcto desarrollo profesional de cada una de las personas de nuestros equipos.
Si fuéramos capaces en las organizaciones de que cada responsable se ocupara de “implantar” la gestión de las personas hacia abajo y no mirar con recelo hacia arriba (“díselo a mi jefe”), conseguiríamos una correcta y exitosa implantación del Rol del Gestor de Personas.
Así pues, al igual que les decimos a nuestros hijos que cada uno se encargue de recoger lo que ha sacado, apliquémonoslo nosotros y seamos responsables de una correcta gestión de nuestras personas…seamos responsables de nuestros equipos.