- 3 noviembre, 2016
- Posted by: dsanchez
- Categoría: Blog
Os imaginas que nuestro frigorífico nos avisara de la fecha de caducidad de los alimentos que tiene dentro?…como además, sabe que solemos hacer la compra de la semana los sábados entre las 10:00 y las 11:00 y le hemos “dado” nuestro móvil, nos envía un mensaje cuando estamos en el súper para decirnos que compremos yogures que los que nos quedan están caducados…
¿Y si al apagar el despertador del móvil, la cafetera comenzará a funcionar para tener preparado un café recién hecho mientras se pone en marcha el agua caliente de la ducha, mientras nuestra aplicación de móvil nos recomienda realizar unos ejercicios físicos de estiramiento y una serie de abdominales?
Esto es lo que se ha denominado como el Internet de las cosas, o como se relacionan los objetos y las personas, incluso los objetos directamente, que se conectan entre ellos y con internet en tiempo real.
No podemos ser ajenos en las organizaciones a todos estos avances y mejoras apoyándonos en la digitalización del mundo físico. ¿Y si lleváramos estos avances al mundo de la Gestión de las Personas?
Una de las mayores dificultades que presenta la gestión de los equipos en las empresas es poder llevar el registro detallado de lo que hacemos cada uno de nosotros en nuestro día a día con el fin de poder evaluar el desarrollo profesional de una manera objetiva al finalizar un proyecto / temporada de trabajo.
Si multiplicamos las tareas o funciones de cada uno por el número de personas de nuestro equipo y por el número de variables de las que se componen cada tarea o función, nos sale un número demasiado elevado como para llevar el registro de todo de una manera eficiente y objetiva.
Todos estaremos de acuerdo que lo más importante en una relación responsable–colaborador, es la parte emocional, relacional y con una comunicación fluida. Si consiguiéramos digitalizar la parte de seguimiento continua, podríamos dedicar más tiempo a pensar en qué hacer para mejorar el rendimiento, para incrementar la productividad o simplemente para estar más cerca de nuestros equipos.
¿Podríamos registrar de una manera “automática” la calidad de una propuesta para un cliente? ¿O almacenar en nuestro móvil de un modo rápido y sencillo, en cualquier momento y lugar, los comportamientos observados e incluso visualizar informes de seguimiento? ¿O pudiéramos tener cargados automáticamente los contenidos y la estructura de una reunión con el equipo? ¿O poder llevar un seguimiento de los compromisos de nuestra gente?
Cada vez más, los clientes nos piden poder “automatizar” el seguimiento y desempeño para que las evaluaciones de desarrollo sean lo más objetivas posible y los líderes inviertan su tiempo en generar relaciones de confianza.
Cada vez más, nuestros líderes nos piden herramientas multidispositivo para utilizar desde los teléfonos móviles, tablets, ordenadores, donde poder alimentar el flujo continuo de información necesaria y útil para el desarrollo profesional.
El resultado obtenido en este tipo de proyectos no puede ser más satisfactorio, ya que nuestros líderes, cada vez que abren la herramienta de Evaluación de Desempeño (una vez al semestre / una vez al año), automáticamente tendrán cargada toda la información que han ido recopilando ellos y los propios colaboradores.
La recopilación de datos que posibilitan las nuevas herramientas nos invitan a una gestión digital, reconstruyendo la forma en la que gestionamos el talento: de la intuición a la objetividad.
¿Os imagináis que pudiéramos saber los niveles de estrés de nuestra gente? ¿Os imagináis la desaparición total de los límites entre la vida laboral y la personal? … ¿os imagináis que la evaluación de desempeño, en el futuro, es tomada en serio por nuestros líderes?