Hace unas semanas me encontré con Fernando un antiguo compañero de la universidad. Después de los abrazos y saludos le propuse entrar a una cafetería a tomarnos un café calentito, – la gélida tarde lo propiciaba,  a ponernos al día de cómo nos “iba la vida”. Después de un rato de agradable conversación me comentó que le habían despedido de la empresa donde llevaba trabajando más de 20 años. Le noté bastante abatido pues la noticia se la habían comunicado la semana pasada y aun la estaba interiorizando.

Después de escucharle me comentó que no lo entendía pues se consideraba una persona no solo con gran talento sino también con una buena consecución de objetivos a pesar de que el último año los resultados alcanzados bajo su gestión habían estado muy por debajo de los objetivos marcados. Pero en su reflexión era consciente que la vida le había “sonreído profesionalmente”. Consideraba que en su trayectoria profesional siempre lo había tenido fácil sin apenas esfuerzo (siempre había contado con los mejores equipos de colaboradores y con el máximo apoyo presupuestario de su empresa) pero la crisis financiera de los últimos años le había reducido drásticamente todos los “facilitadores” de su éxito profesional.

Su historia me recordó a la “Fabula de la Recompensa al Esfuerzo” que hace algún tiempo había leído en un blog. La fabula relata que un hombre encontró una crisálida de mariposa y la llevó a su casa para observar a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día notó un pequeño orificio, y entonces se sentó a observar como la mariposa luchaba por poder salir. El hombre la vio que duramente forcejeaba para poder pasar su cuerpo a través del orificio, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, aunque aparentemente no progresaba en su intento. Parecía como que se había atascado. Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del orificio para hacerlo más grande, y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando esperando que en cualquier instante, las alas se desplegarían y crecerían lo suficiente para soportar su cuerpo y volar por sí misma. Pero la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas pero jamás logró volar. No le conté la fábula pero si le comenté que personalmente consideraba que el Talento sin Esfuerzo está avocado al mayor de los fracasos y que solo combinando ambos, se alcanzan resultados recurrentes a pesar de que, en ocasiones, vengan las dificultades.

En base a mis experiencias en proyectos con clientes, la gestión del Talento es sin duda el activo más importante que las áreas de recursos humanos han desarrollando para alcanzar los resultados empresariales, pero bien es cierto que si queremos que esos resultados sean recurrentes en el tiempo, debemos contemplar al menos sobre 5 aspectos para completar el círculo virtuoso del éxito en los resultados:

  1. GESTIÓN POSITIVA: Efectividad en la Sistemática Comercial
  2. ADAPTARSE AL ENTORNO: Identificación del Mercado y Clientes
  3. NO PONERSE BARRERAS: Motivación
  4. SER PERSEVERANTE: Constancia en el Largo Plazo (Compromiso)
  5. ORIENTARSE AL CLIENTE: Gestión focalizada

Considero que todos son necesarios y que deben ser contemplados para mejorar las herramientas con que las organizaciones deben desarrollar el “perfomance” de los profesionales que en ellas trabajan.

En un próximo post desarrollaré mi experiencia en cómo desarrollar eficazmente cada uno de estos aspectos

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